Buscar hoteles en Villafranca de los Barros

Es una localidad en la que mi familia tiene raíces. Supuso un encuentro con mis raíces. Visitamos la localidad y comimos en varios lugares de allí. Las migas fueron extraordinarias.

Lo que más me gustó fue la atención del personal en general, pero en especial los camareros del restaurante muy amables y serviciales, te hacen sentir en casa. Lo único malo es que al estar lejos del centro hay que caminar mucho y no existe en el pueblo transporte público, sólo algunos taxis particulares. Pero eso no es problema del hotel, pero sugiero qué el hotel proporcione servicio de taxi.

Lo que más me ha gustado de este pueblo es su fuerte carácter agropecuario con establecimientos donde se pone de manifiesto la dedicación y esmero según salta a la vista en la ordenada disposición de sus viñedos

El albergue, un remanso de paz rodeado de un campo de olivos espectacular. Susana, una maravilla de persona y una gran profesional que además ofrece una carta para cenar muy atractiva. Una parada obligatoria para disfrutar del encanto de Extremadura.

Habitación confortable, limpia, moderna y práctica. Zona de estar con detalle, juegos y libros para dif. Edad. Desayuno variado y muy bien

Me sorprendió llegar de noche a Villafranca de los Barros y ver de lejos el campanario iluminado (supongo que fue el antiguo minarete de una mezquita) el cual sobresale sobre toda la población, es maravilloso. No hay que perderse el museo municipal, ni tampoco la antigua bodega convertida en pub-cafetería. Es una población muy bien comunicada, con todos los servicios necesarios y además está muy bien ubicada para utilizarla en la visita radial a todos los sitios importantes de Extremadura y la cercana Portugal, a la cual fuimos por 3 veces.